BLOG: La vieja de historia

Otra forma de entrar al mundo del ballet

El ballet de Bejart después de Bejart. Historia de la compañía tras la partida del coreógrafo.

Bejart después de Bejart. Su compañía tras la partida del coreógrafo.

 

por Porf. Mag. Lucía Chilibroste

El 22 de noviembre del 2007 hacia la medianoche, desde un hospital de Lusanna, Suiza, se transmitía noticia de que Maurice Bejart había muerto. Los más de 50 años de creación del gran maestro llegaban a su fin, dejando su actual compañía, Bejart Ballet Lausanne (BBL), sin su creador.

La desaparición física del maestro no fue algo imprevisto: tenía 80 años y estaba bastante enfermo. Él mismo organizó el futuro del BBL. Pero las dudas aparecieron inmediatamente… ¿podrían seguir sin Bejart? ¿Serían capaces de mantener su nivel y creatividad? ¿Tienen futuro la compañía sin Bejart? ¿Podrán sobrevivir a Bejart? ¿Estarían a la altura?

Bejart era la Compañía. Allí donde él estuviera, ella estaría. En Bruselas, sería el Ballet del Siglo XX. En Lausanna, sería el BBL. Las fotografías de su rostro, de su mirada gatuna, profunda y misteriosa en cartel, o simplemente su nombre eran una marca registrada para agotar localidades. Los bailarines querían bailar para él. Los diseñadores querían hacer vestuarios para él. Ya sin él, ¿sería lo mismo?

 

Bejart Ballet Lausanne

Tras el fallecimiento de Bejart, el futuro del BBL se vio muy incierto. Parecía estar en tinieblas tanto por aspectos económicos como los artísticos. Pero prontamente renovaron el financiamiento del ayuntamiento de Lausanna lo que aseguró su continuidad.

            Pero no consistía solamente en una continuidad económica, sino y por sobre todo artística. La responsabilidad de ésta y por lo tanto de la conducción del BBL cayó en manos de Gil Román, quien había sido bailarín icónico de la compañía y mano derecha de Bejart.

En ese momento tenía 39 bailarines a su cargo de 15 países distintos, más un equipo técnico y artístico de primer nivel. Sobre ellos residió el honor y la responsabilidad, de darle sentido a la continuación de la compañía para lo que debieron trabajar mucho. La entonces bailarina cubana del BBL Catherine Zuasnabar decía en el divino documental de Arantxa Aguirre “El esfuerzo y el ánimo”:Si vemos a la compañía vemos a Maurice. Sin el nombre de Maurice la compañía no existiría. Y a ese nombre hay que mantenerlo, es por eso que nosotros trabajamos tanto”.

Brigitte Lefevre, por 2009 directora de L’Opera de París señalaba en el mismo documental “¿cómo se puede estimular a una compañía que ha venido por Maurice Bejart, y para bailar las obras de Maurice Bejart? No tengo respuesta. Pero pensando, me digo que existe esa llama que debe permanecer. Y para que esa llama permanezca no se trata de conservarla, se trata de avivarla”.

Y ese “avivarla” es lo que más angustiaba a la compañía y sus responsables. Sentir el peso y la responsabilidad de seguir siendo el ballet de Bejart pero sin Bejart. Algo que los agobiaba y a su vez llenaba de energía porque debían demostrar constantemente, con gran nivel y nuevas creaciones que estaban a la altura de Bejart.

Todo ese espíritu, esos nervios, esa emoción, ese momento crucial en la vida de una compañía fue hermosamente retratado y presentado en 2009 por la cineasta y doctora en Filología española Aranxta Aguirre y su mirada tan particular en su documental El esfuerzo y el ánimo.  

 

Trailer de El esfuerzo y el ánimo de Anrantxa Aguirre 

 

 “En manos de un creador”

El documental de Aratxa Aguirre comienza con un Gil Roman bailando en la Ópera de París el Adagietto con música de Malher y coregrafía de Bejart en un homenaje por la muerte del coreógrafo. Y desde esa primera toma acompaña el proceso de este bailarín ahora director que se había integrado a las filas de la compañía en 1979 y nombrado director adjunto en 1993. Según dijo Bejart: no veo a nadie más que a él para continuar, preservar y poseer mi obra. Nadie más. Este ballet le pertenece”.

Sin lugar a dudas no fue fácil la presión que recibió este morocho fibroso de aspecto gitano adorado por su maestro y que maravilló en los ballets de Bejart de los últimos 20 años, porque no se sustituye el nombre de Bejart de la noche a la mañana. O tal vez nunca. Como él mismo señala “no se es sucesor de un genio”. No se puede ser Bejart. Por lo que decidió marcar un nuevo rumbo de la compañía, orientado tanto a reponer y actualizar las coreografías del maestro como a crear nuevas.

En numerosos entrevistas manifestaba que no tenía intenciones de hacer de la compañía un museo del coreógrafo. “Bejart dejó la compañía en manos de un creador. Nunca se la hubiese dejado a un repetidor”. Y si bien no tiene gran experiencia como coreógrafo, se lanzó a esa carrera. Y en el documental del 2009 agregaba que la evolución ya estaba hecha, más allá de que la compañía interpretara mayoritariamente obras del maestro. Lo cual lo asume como algo natural.

En este sentido Bejart, inspirado en Martha Graham y las danzas étnicas, dejó una gran libertad de reinterpretación de sus trabajos, ya que en sus coreografías mayoritariamente sólo de marcan los aspectos más generales. Esto da mucha libertad para recrear y actualizar. A diferencia de otros coreógrafos que por ejemplo en las que detallan hasta qué gesto debía de hacer el bailarín en cada momento. “Un coreógrafo no es el dueño de la danza, sino su primer servidor” le gustaba decir a Bejart.

Con cuatro coreografías en su haber, Román había prometido a Bejart crear un ballet entero tras su muerte. Aria, creado en 2008, fue la prueba de fuego, con gran aceptación del público y la prensa. Y lo que le aseguró su lugar hasta febrero de 2024, cuando fue apartado de la compañía un incidente "inapropiado e intolerable" (ver: El Ballet Béjart, envuelto en escándalos, despide a su director artístico Gil Roman).

 

Legado de Maurice.

Cuando en el documental Aguirre le pregunta a Román qué es lo que ha heredado de Bejart, simplemente se sonríe… como diciendo que es imposible señalar qué ha heredado de Bejart, ya que prácticamente lo ha heredado todo. Pero luego agrega: Maurice esta dentro mío. Llegué a la compañía cuando era un niño. Me ha dado todo. Lo he elegido como maestro. Yo le he querido. Él me ha querido. Me ha formado como bailarín. Le debo todo. Y lo que hoy me parece más importante es que siempre me dijo ‘no mires atrás, pase lo que pase, avanza’”.

Esos bailarines del BBL que capta Aguirre y que bailaron en tiempos de Bejart así como Román, narran cómo sienten que deben mantener todo el legado del maestro. No sólo sus obras, sino su sentido de la danza, la importancia del trabajo y esfuerzo, el valor de la compañía, el darlo todo al bailar.

Julio Arozarena (Bailarín cubano y entonces asistente a la Dirección Artística del BBL) recuerda en el documental: “generosidad, Maurice me dijo un día: ‘hay que bailar con generosidad’”. No se concibe otro modo de hacerlo, que no sea entregando todo.

En este sentido Jaqueline Rayet (ex-primera bailarina de la Opera de París) agrega: “Hay algo en sus coreografías que va directamente desde el interior de uno mismo hacia los demás. Hay algo muy poderoso. Y el público percibe esta fuerza, esta humanidad y esta sinceridad. No se puede bailar esto sin darlo todo. Cuando yo bailaba notaba una atención diferente, especial. Incluso en salas grandes notábamos un intercambio silencioso”.

También está el tema de la exigencia. El trabajo, el esfuerzo y el  exceso fueron siempre las primeras reglas para Bejart. En “Cartas a un bailarín” escribe “El genio es 10% inspiración y 90% transpiración”. Y Román sigue en esa línea. “No hay arte sin exigencia. Soy más exigente que el propio Bejart. Más exigente con sus ballet que él mismo”. Y agrega que la base está en el esfuerzo, la voluntad y el talento. “No hay nada imposible cuando se quieren hacer cosas. La dificultad forma parte de la vida”. Dawid Kupinski (bailarín polaco en 2009 integrante del BBL) señalaba que lo que más le sorprendió “fue lo mucho que se trabajaba y el respeto por el trabajo. Nunca había trabajado así. Y ese tipo de mentalidad hacia el trabajo es lo que más me gusta”. La responsabilidad pesa porque como dice la entonces bailarina Elitsabet Ros: “Destruir es tan fácil. En un segundo destruyes. Pero construir te lleva una vida

Y este trabajo es siempre colectivo. Para Bejart la compañía era lo más importante. Decía que sin ellos le sería imposible crear. En el documental de Aguirre Román lee una carta de Bejart sobre el valor de la compañía en la que dice frases como: “Una compañía es una persona y no un montón de gente, un ser compuesto por células que mueren y se renuevan sin cesar. Y gracias a este campo de batalla la vida existe,  tu vida que es cambio y evolución. Algunos se marchas, otros llegan, pero la compañía sigue siendo ‘una’ maravillosa aventura, hecha de altibajos y de problemas”.

Y otro aspecto aportan las palabras de Julien Favreau (entonces bailarín francés del BBL y hoy el director) en el trabajo de Aguirre al expresar las dudas  de muchos de los bailarines. “Cuando Maurice murió todo el mundo se preguntó: ‘Qué Es lo que voy a hacer? ¿quedarme, irme, abandonar, continuar?’ por mi parte yo también dudé. Estuve un poco… indeciso. No sabía muy bien qué hacer. Pero después de reflexionar me dije que Maurice me había construido como artista. Entonces pensé  que mi deber era seguir mostrando las obras de Maurice. Bejart tiene un estilo coreográfico propio, pero sobre todo una mentalidad, una filosofía de vida y de la danza. No son sólo pasos. Hay que darle un sentido a cada paso. La danza debe de convertirse realmente en un medio de expresión”.

 

Invitación:

Si quieres concoer más sobre la compañía y este momento decisivo te invitamos a una entrevista con la cineasta y doctora en Filología Arantxa Aguirre: El Béjart Ballet Lausanne visto por Arantxa Aguirre

MARTES 24 DE JUNIO
11 h Uruguay y Argentina | 16 h España | 8 h México | 10 h Chile
Acceso libre y gratuito con inscripción previa.
Queda grabación disponible.
 

 

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